PIRÁMIDE
DESENTERRAMOS LA NOTICIA

Un movimiento social difícil para nuestra sociedad
Por Ana Paula Martínez Garduño
Con pancartas en donde se lee: “Por nuestros derechos”, muchas de las mujeres que protestan por la igualdad de género en el Parque en la colonia Condesa, en el Distrito Federal, eran juzgadas y rechazadas por cientos de pares de ojos que pasaban a su alrededor ese sábado 14 de marzo.
Nadie atina explicar por qué alguien se prestaría a discriminación, estereotipos y rechazo por parte de la mayoría de la población, sin embargo, para este grupo de personas el propósito humanitario de la equidad de género es más importante que cualquier rechazo social.
El feminismo surgió en México en los años treinta con el propósito de conseguir derechos de las mujeres, principalmente en el gobierno, y así como lleva este movimiento alrededor de 82 años, sigue siendo tabú para la sociedad mexicana.
“No somos un grupo de lesbianas, marimachas que odiamos a todos los hombres, con problemas de abandono por parte de nuestros padres, que quemamos brasieres locamente”, comenta entre risas Camila Fitz, activista del feminismo, “sí, las hay, hasta en este grupo encuentras de todo, pero al final, no es requisito para ser feminista, ahí cada quien. Nosotras únicamente nos unimos por una causa”.
Más justicia, por favor
La discriminación por género existe en todo el país, ya sea en el ámbito laboral o social, diariamente, hay discriminación hacia la mujer.
En este país las mujeres ganan, en promedio, entre 4 y 12 por ciento menos sueldo que los hombres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) correspondientes a 2011. “Esta cifra se profundiza por sectores. Por ejemplo, en las ocupaciones relacionadas con el comercio, de acuerdo al Índice de Discriminación Salarial, las mujeres deberían incrementar su salario en 52.2 por ciento para emparejarse con los hombres que trabajan en ese sector”, afirmó la investigadora Ana Buquet Corleto, del Programa Universitario de Estudios de Género en la UNAM.
Respecto a los puestos de funcionarios y directivos, tanto del sector público como privado, para que hubiera igualdad entre los sexos las mujeres deberían tener un aumento de 24.9 por ciento.
Actualmente, las mujeres son una minoría en el gobierno del país. “Es difícil querer que haya equidad cuando un género no está representando”, acertó Fitz. El congreso cuenta con la presencia de mujeres como minoría, de los 500 miembros en la cámara de diputados únicamente 183 son mujeres, al igual de los 128 miembros en el senado, 43 son mujeres. Actualmente, no hay ninguna gobernadora y en el gabinete presidencial, solo hay tres mujeres.
En un contexto global, en la tabla de Índice de Brecha de Género (Gender Gap Index), México se encuentra en el número 111 de 136 países en el Rank de participación y oportunidades económicas. Este resultado se puede interpretar como el porcentaje de inequidad entre hombres y mujeres en países de economías mayores y emergentes.
“Necesitamos el feminismo para crear conciencia y exigir nuestros derechos, para poder llegar a los puestos más altos sin ser discriminadas”, concluyó activista Camila Fitz.
El miedo más grande: cambio
Así como cualquier movimiento social, el objetivo principal es cambiar un aspecto de la sociedad del cual no se está conforme, y éste se da mediante transformaciones ideológicas. “Como en cualquier movimiento social, el cambio es lo que espanta a la gente.” Expresó Silvia González investigadora en Ciencias de la Sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Es un movimiento difícil y más en México. Desde que se fundó nuestro país, ha dominado una ideología patriarcal. Más que nada, el feminismo sigue siendo un movimiento incomprendido”.
A diferencia de otros movimientos sociales, el feminismo es realmente un movimiento difícil de comprender ya que el machismo es un tema cotidiano y por lo tanto pasan desapercibidos, “ya nos acostumbramos”, enfatizó González.
Los movimientos LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales), por ejemplo, son movimientos más particulares ya que de acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), únicamente del 5 al 6 por ciento de la población mexicana es homosexual.
En México, actualmente hay 57 millones de mujeres, 50.89 por ciento de la población total de acuerdo con el censo realizado en 2010 por el INEGI.
“En nuestra sociedad vivimos diariamente con discriminación hacia la mujer, es algo cultural y, por lo tanto, la mayoría de la población ni se percata de estas situaciones”, afirmó González. Existe un movimiento feminista en México desde 1935, sin embargo, es un movimiento pequeño en comparación con otros como los de Estados Unidos o países europeos. “Es llegar a decir, después de vivir tu vida tal y como la has conocido siempre, desde tus abuelos y bisabuelos, ahora tienes que exigir otras cosas. Es difícil, de por sí hay un rechazo humano al cambio, aún más si muchas personas no lo ven necesario”.
Más allá de la ignorancia
Actualmente, hay grupos que combaten estas interpretaciones para sacar el feminismo de un tabú y eliminar los estereotipos que nublan el conocimiento de la sociedad, estos mismos que no dejan este movimiento avanzar y lograr su objetivo.
Organizaciones como “Not in Our Name”, “Third Wave Foundation” y “Grupo Interdisciplinario Feminista” entre otras, intentan aumentar la conciencia en México y en el mundo para regresar el feminismo a sus raíces.
“Es cuestión de informarse, y de no creer todo lo que ves en la tele,” reflexionó Ana Sofía Rivero, feminista activista, miembro de Rosas Rojas. “Es como todo, las personas tienen que aprender a formar una opinión ya que se hayan informado. Creo que ese simple hecho resolvería muchos problemas en nuestra sociedad”.
