PIRÁMIDE
DESENTERRAMOS LA NOTICIA

CARTA EDITORIAL #1 :
Respeto por la palabra…¡así será!

Escribir no es sencillo. Soltar la pluma y redactar datos que contengan relevancia parece cosa compleja. Escribir es, también, sinónimo de responsabilidad. Cada palabra, cada frase, cada idea puede decidir el rumbo de un acontecimiento. Ser partícipe en la redacción de “algo”, anima al igual que intimida. Formar parte de un proyecto que necesite del vocabulario requiere de una gran dosis humana.
En su libro “Los Cuatro Acuerdos”, el Dr. Miguel Ruiz pone como el primero de ellos uno que concierne a cualquier periodista preocupado por la veracidad: “Se impecable con tus palabras”. Cuando expresamos cualquier mensaje estamos lanzando una flecha con puntual dirección. A veces, sin quererlo, la flecha se desvía y estamos destruyendo el objetivo de aquella intención. Las palabras, pues, son tan poderosas que estimulan la paz o desencadenan la guerra: en su discurso, Hitler, por ejemplo, logró persuadir a la sociedad y controlarla al grado de provocar un brutal exterminio, justificado, en su tiempo, por muchos individuos.
Las palabras son lo más natural que tenemos; lo más íntimo; lo más sensible. Un dicho respalda la urgencia de utilizar las ideas en papel para cosas que hagan trascender y mejorar sociedades: “cuando no tengas nada bueno que decir mejor no digas nada”. Es tan cierto como el intento de Pirámide por implementar un espacio de libertad; afín a sus principios de respeto y verosimilitud. En este diario diremos lo que vale la pena expresar, para su buen uso; para enfatizar una cultura de información positiva y real. Que más que condenar, incentive a las personas que inviertan en nosotros el tiempo de leer hechos que los enriquezcan. Que los hagan mejores ciudadanos.
Hacer uso de las palabras nos condena al mínimo error y al máximo profesionalismo. La confianza se da cuando lo que se recibe concuerda con la expectativa que se tiene de la otra parte. Somos jóvenes que pedimos confianza y ofrecemos credibilidad.
Necesitamos crear vínculos de búsqueda. Diversificar las propuestas que día con día recibimos de los medios; propuestas que carecen de entrega y pasión y que, por el contrario, se alimentan de ambición. Para ganar la nota, para robarla. Aquí no: aquí, la noticia se trabaja… no se escupe.
Bienvenido a un lugar donde la información se tratará como medio para potencializar la participación y la unión; la pluralidad y la honestidad. Nunca será, Pirámide, un diario que utilice la noticia como fin, pues sería egoísta y poco próximo a aquél que nos dará la oportunidad de crecimiento: usted, lector.
Los recuerdos son parte constitutiva de la humanidad. Todos hemos pasado por el sillón del abuelo o hemos mantenido una larga conversación con nuestros padres sobre lo fantástica que fue su infancia y las cosas que los emocionaban más. La alegría fluye y se desborda de sus ojos hasta que llegamos a la propuesta usual: “deberíamos ir” y con nostalgia nos responden “ese lugar ya no existe.” Pero nos hemos habituado a este sentimiento.
Como mexicanos, leemos sobre lo soberano que fue el imperio azteca en tiempos prehispánicos, imaginamos las construcciones, los colores y las imponentes ciudades. Pero es así, sólo imaginamos. Al terminar, algunos sólo cierran el libro y siguen con su vida; otros, perdemos la mirada al caer en la cuenta de lo que nos hemos perdido.
En la última semana me ha invadido una sensación similar, pero distinta a la que me provoca leer sobre la Triple Alianza. La diferencia está en la vivencia, y la razón, en la desaparición gradual de la biodiversidad en el Parque Ecológico de Puebla.
Muchos tuvimos la oportunidad de disfrutar de este parque, dar vueltas sin cansancio alrededor de la pista, hacer cualquier deporte, dormir bajo la sombra de árboles decenales y visitar el aviario.
La buena noticia es que no todo está perdido, aún. La mala es que, en la última semana, tanto árboles como animales silvestres y exóticos, considerados patrimonio nacional y mundial, fueron removidos del parque. Muchos de ellos murieron en el traslado, incluidas especies en peligro de extinción y de conservación prioritaria en nuestro país.
Dentro del disgusto se exigió una sanción al gobierno estatal por el ecocidio. Sin embargo, Gregory Camacho, director de Africam Safari y responsable del traslado de los animales, argumentó que la muerte de 23 ejemplares fue “natural”.
Desconozco, racionalmente, la probabilidad de perder 23 aves al transportar 40 y mantener la posibilidad de llamarlo un suceso “natural”. Estas declaraciones son equivalentes a hablar del exterminio de la mayor parte de la población azteca y dejar de lado los temas de invasión, pandemia, esclavitud y condiciones de vida precarias.
Cuestiono el procedimiento de los responsables de esta masacre y discuerdo con las "aclaraciones" de las autoridades involucradas. Más allá de esto, rechazo privar a las futuras generaciones de conocer en persona a un tucán y escuchar su canto, o a cualquier otra especie.
Nuestros ancestros tuvieron, en algún momento y con caducidad, la oportunidad de protestar y defender su patrimonio. Es nuestro turno de defender el nuestro y lo que nos hace humanos; pues aunque recordarlo es parte constitutiva, vivirlo es parte fundamental.
CARTA EDITORIAL #2 :
Recordar o Vivir
Frank Contreras
Parece ser que la historia de México a partir del siglo XX se resume a dos palabras: mal gobierno. Ni la independencia, ni la revolución mexicana, evitaron que el poder callera en manos de un gobierno burocrático, deshonesto, corrupto y, sobre todo, antitransparente. En primer lugar, vivimos en un país donde la transparencia es como un ser de otro planeta. No estamos seguros que exista pero muchos afirman que sí, sobre todo, los líderes del gobierno.
Ahora hay una nueva y fresca ley de transparencia, que ha sufrido más cambios que Michael Jackson en sus tiempos. Aparentemente, por medio de una iniciativa de ley fueron sugeridos nuevos cambios por parte de PRI y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). El senado recibió un documento de la consejería jurídica de la presidencia con más de ochenta cambios.
Cuando se propuso cambiar esta ley, se instalaron mesas de trabajo en donde la sociedad civil colaboraba codo a codo con la Cámara de Senadores, para proponer lo que mejor convenía para esta ley de transparencia. Pero el Ejecutivo, en coacción con el PRI y PVEM, pasó desapercibidos estos cambios y aprobó la iniciativa de ley.
Entre las modificaciones a la ley de transparencia, destaca “las violaciones graves a lo derechos humanos”. Propone que se elimine la posibilidad de no ocultar informacion si hay alguna violación contra la humanidad. Regla que permanece actualmente en el artículo 115 de la Ley de Transparencia. Además, propone que alguna autoridad competente dictamine primero si se realizó una falta contra la humanidad. Otro problema, ¿de dónde vamos a sacar una autoridad competente en nuestro país?
Otra reforma es “No tengo información, y tampoco tengo sanción”. En la ley actual cuando un sujeto obligado llega a negar la información a alguien, puede ser sancionado si no proporciona las causas de porqué no la dio. “No, no es un albur, no sean así”, como dijera nuestro presidente Enrique Peña Nieto. Pero en la propuesta del PRI y PVEM propone que no se tenga que justificar porqué no se da la información, y ¿qué pasa con la sanción?, ¿desaparece o qué?
Y la última proposición descarada, para no profundizar más, es la de “Condonaciones fiscales, sin explicar a quién se condonó”. Es decir, el gobierno perdonará deudas pero no dirá a quiénes se las perdonó, sólo declarará el monto que se dio. Esperemos que la Cámara de Senadores reconsidere, porque una ley de transparencia opaca es como si el blanco fuera obscuro.
CARTA EDITORIAL #3 :
Transparencia u opacidad
En México parece existir una tendencia a colgarse del éxito ajeno. Tendencia que promueve un falso orgullo que muchas veces es mal interpretado por nuestra sociedad, y dicho esto, bloquea el potencial intelectual y creativo del país. De ahí que nos quedemos sólo en el “tenemos potencial” pero nunca lo explotemos en su totalidad.
Recientemente Alejandro González Iñárritu ganó el Oscar a mejor película por su cinta Birdman. No hay que restarle mérito, el “Negro” tiene mucho talento y desde su separación con Guillermo Arriaga ha tenido que vérselas solo de algún modo. Pero hay un problema que es de llamar la atención en toda esta recepción mediática sobre su logro. Muchos mexicanos creen que Birdman es una película mexicana. El problema está ahí, su director, Iñárritu, es mexicano, pero a caso Emma Stone ¿lo es? o ¿Edward Norton? Ninguno de sus protagonistas, ni secundarios, y peor aún, productora, son de sangre azteca.
Una situación muy similar se presentó el año pasado con los galardones dados a Cuarón, Lubezki y hasta Nyongo se unió a la cínica fiesta del pueblo. Los mexicanos exigimos logros pero ¿cada cuánto colaboramos en ellos? Ir al cine a ver una película mexicana de vez en cuando y alimentar la industria no es cosa difícil. El problema está en que la gente no es consciente. Es fácil escuchar el típico “es una película mexicana, debe ser mala”, o peor, a veces la vista simplemente se salta ese espacio en la cartelera que muy difícilmente se ganó una producción de origen nacional.
Lo de la corrupción e intereses particulares por parte de quienes dirigen los cines del país es otro tema. Primero lo primero ¿quién tiene la culpa de que no veamos cine mexicano? La respuesta más fácil sería: “los gringos, los gringos la tienen” Sí, puede ser, pero tampoco nos amenazan de muerte si no entramos al cine a ver la nueva comedia romántica de Cameron Diaz o Jennifer Aniston. La cultura por las artes existe, pero la cultura por el apoyo no. Por la simple y sencilla razón que nos gusta todo masticadito y en la boca.
Dudo que los recientes logros cinematográficos cambien el sentido de la idiosincrasia nacional. La labor está en cada una de las personas conscientes del problema, de hacer difusión y un esfuerzo por lograr una comprensión colectiva, y así podamos hablar de progreso en un futuro.
CARTA EDITORIAL #4 :
BIRDMAN (O LA ESPERADA ¿VIRTUD? DE LA IGNORANCIA MEXICANA)
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En el video viral de Youtube que retiene los últimos siete minutos de vida del buzo ruso-
israelí Yuri Lipski, el rojo y el púrpura bañan la superficie del mar cuando penetran por el
filtro de su lente. Se escucha el movimiento seductor del agua golpear suave contra su
cuerpo y sus inhalaciones, a través de la máscara, mientras se prepara para sumergirse.
En el vaivén de la cámara se distinguen tres cuerpos humanos, tres verticalidades
suspendidas bajo el agua como volcanes en espera de la última inmersión de Yuri. Sus
cuerpos desprenden burbujas que dibujan la misma figura que la humarada de un cráter.
Los tres cuerpos antes suspendidos se alejan en dirección opuesta a la de Yuri, que va
camino a la inexistencia. En la pantalla sólo queda el azul entintado con haces que
parpadean amarillo. El azul se torna más oscuro, una serie de partículas empiezan a
disparar contra la cámara, cada vez más partículas, cada vez más rápidas. La imagen es
bella, parecen estrellas transportándolo a otra dimensión pero el final está cerca y va a ser
aterrador. Yuri y México tienen algo en común.
El buzo murió de narcosis de nitrógeno en uno de los lugares más peligrosos para bucear:
un agujero azul. El agujero es una cueva submarina y vertical, de paredes empinadas y de
aguas anoxias. La anoxia es un estado de falta casi total de oxígeno en la sangre o tejidos
corporales.
Los agujeros azules son como el sistema político mexicano: un barranco empinado donde
la luz solamente alcanza la superficie, reino de aguas anoxias. México vive en un estado
en que la falta de oxigeno asfixia las células de su organismo y desfavorece la vida. El
tejido, dañado hasta la médula, es el mismo tejido que da a luz a la impunidad,
corrupción y nepotismo.
México y su sociedad son como Yuri: ingenuo, imprudente e irresponsable, o a lo mejor
atrevido, valiente y soñador. Como sea, México es el cuerpo a la deriva, el buzo perdido
que sufre de la narcosis que lleva a la confusión y locura que hizo a Yuri desprenderse de
su equipo y entregarse al abismo del agujero en lugar de intentar nadar de vuelta a la
superficie.
México narcótico como Yuri. La narcosis de nitrógeno lleva a la pérdida de objetividad, a
la incapacidad de actuar racionalmente a la desorientación y mala coordinación. El sitio
PADI Divers alerta: “En sus formas más graves, el buzo empieza a sentirse invulnerable
y a descuidar las normas de seguridad básicas del buceo. (…) Se han dado casos de buzos
que se quitan la máscara y aceleran su descenso a profundidades excesivas. Generalmente
el buzo que padece esta condición no es consciente de la misma, es incapaz de juzgar el
riesgo de su condición.” México a la deriva, descendiendo aceleradamente sin control,
inconsciente, aturdido.
La cámara se sumerge con Yuri, desde arriba la luz entra como una nube roja encarnada
en el agua, rompiendo el quieto azul del mar. Las estrellas dejan de llover a Yuri y logra
tocar una superficie rocosa, voltea a ver su reloj: en un par de minutos una corriente lo
llevo a 91 metros de profundidad bajo el agua. Se escuchan rechinidos que podrían ser
gritos de horror. intentos desesperados por respirar o ambos. Se escucha al buzo
desprenderse del tanque, del traje, de la cámara y se aleja, entregado a la negritud
profunda del mar. La cámara como el cuerpo: a la deriva. La última imagen es una espesa
nebulosa anaranjada.
Esos tenebrosos rechinidos son los 43 de Ayotzinapa, o la decapitación de Aidé Nava
González en Guerrero, la nebulosa es Medina Mora en la Suprema Corte a pesar de la
petición firmada por más de 50 mil ciudadanos, o el intento por anular el espacio de
Aristegui. México va, como Yuri, a la deriva en un profundo azul fatal.
Video del accidente fatal de Yuri Lipski: https://www.youtube.com/watch?v=cRj0lymMMGs
CARTA EDITORIAL #6:
azul Fatal
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CARTA EDITORIAL #7:
México siempre olvida
A seis meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalitas de Ayotzinapa, México cada día suena más irreal en los noticieros. No, Ayotzinapa no se olvidó, pero tampoco cambió nada.
La manifestación de Ayotzinapa a los seis meses de este desafortunado evento, pide que se eviten las próximas elecciones en Guerrero como medida de justicia ante la impunidad. Es momento de que se exija a los mandatarios tomar acciones drásticas puesto que el país es ya una comedia dramática y satírica ante los ojos de todo el mundo.
En México, al presidente de la nación se le pregunta algo sencillo de economía y no sabe responderlo. Se hace el chistoso con el traductor, pero va a Inglaterra con sus invitados de honor y se gasta el erario público en vestidos de high couture para conocer a la realeza inglesa.
Mientras tanto, el país se desmorona, parece una caricatura del correcaminos y el coyote. Periodistas son despedidos por decir la verdad. Los hashtags nacionales se vuelven trending topics, pero por más #yosoyayotzinapa o #todossomoscarmen, no pasa nada. Vivimos una censura mediática nacional y cada vez es más difícil ejercer como periodista en México. El país está harto y se manifiesta, pero hay rutas alternas que los políticos de este país siempre encuentran para zafarse.
¿Qué podemos hacer para pedir un cambio verdadero como país, y que cada mes no se represente un día más de impunidad ante hechos como Ayotzinapa? Por el momento, pedir justicia, tomar la voz que nos corresponde. Exigir que se restablezca el orden para que la credibilidad no solo del gobierno, sino de los medios y del país entero, vuelva a restablecerse.
CARTA EDITORIAL #8:
Cine Mexicano: Algo dificil
La próxima semana es la quincuagésima séptima edición de los premios Ariel, evento en el que se entregan los reconocimientos a lo mejor del cine nacional. Con los recientes logros de mexicanos en el extranjero, Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y todos los involucrados en sus películas, uno pensaría que el cine mexicano ha avanzado, pero qué tanta realidad existe en esta oración.
Una de las frases que se escuchan muy frecuentemente es: “ve a ver tal o cual película porque es mexicana”. Eso es un error, debería ser: “ve a ver esta película porque es buena, que por cierto es mexicana”. Una película puede llegar a ser grande sin importar la nacionalidad: mexicana, iraní, cubana, estadounidense, canadiense o de cualquier otra nación que pueda ser nombrada. ¿Vieron Leviathan de Rusia o Relatos Salvajes de Argentina?
La industria de cine mexicano, al igual que todas las industrias, incluido Hollywood, tiene de todo. Hay grandes películas que muchas veces no son reconocidas, cintas comerciales llenas de clichés que, al ser las películas más taquilleras, son las que crean un consenso de lo que es el cine mexicano; una idea falsa pero generalizada. También podemos encontrar pequeñas obras independientes, algunas muy buenas, algunas incomprensibles, otras que prometían más.
La cantidad de películas que se realizan en Estados Unidos deben tener una proporción de 50 a 1, por lo menos, respecto a las realizadas en México. Después existe el problema de la distribución, el año pasado de 130 películas mexicanas que se produjeron, solo se estrenaron 68, por supuesto que nunca llegaron a todo el país. Se hacen pocas películas, nos limitan cuáles ver, duran poco en cartelera y solo se exhiben en contados números de cine. Así está difícil.
A pesar de todos estos contratiempos, hay películas mexicanas muy buenas, otras buenas, otras no tanto, otras muy malas y otras que deberían desaparecer. El cine mexicano es bueno, se puede ver en la entrega de los Oscares, ciertamente no es un logro de México como tal, pero Cuarón e Iñárritu tuvieron que empezar en nuestro país, con una ópera prima mexicana y así fue, Sólo con Tu Pareja y Amores Perros respectivamente. Grandes películas por cierto.
El cine mexicano es como todos, tiene grandes películas, pero hay que saberle buscar. Por qué no ver, al igual que mucha gente hizo con los Oscares, todas las películas mexicanas nominadas al Ariel y poder formar una opinión propia, les aseguro que al menos una de las candidatas les va a gustar. Los retamos a decir al menos dos de las últimas cinco películas que ganaron el Ariel a mejor película, complicado ¿no?
Los invitamos a ver a ver estas películas, no porque sean mexicanas, sino porque algunas de ellas son buenas. Si tienen ganas de ver cine mexicano, vean pequeñas maravillas como Los Insólitos Peces Gato o La Jaula de Oro antes que Más Oscuro que la Noche o No Se Aceptan Devoluciones. No se pierdan los premios Ariel.
CARTA EDITORIAL #9:
Agua roban de mi casa, vete al Oxxo por algo de tomar
Grandes empresas, grandes consorcios, grandes concesiones, grandes ventajas, grandes abusos y grandes apañes. Estos conceptos tejen una red que describe mucho de lo que sucede en Puebla.
Cuando hay un problema, su peso reside en el tamaño de los afectados. Es decir, cuando el que pierde es un particular, que por lo general cuenta con pocos recursos para hacer valer la justicia, no pasa mucho. Incluso, es posible que nadie se entere de lo sucedido. Sin embargo, cuando los perjudicados son una empresa grande o mucha gente, las alarmas suenan por todas partes.
Los afectados en este caso son dos. El primero es el recientemente privatizado Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP), el cual, sufre pérdidas multimillonarias por la instalación de tomas de agua ilegales y la falta de pago de muchos usuarios, incluidas dependencias de gobierno. El segundo grupo, la comunidad poblana.
Héctor Gómez, director comercial de la concesionaria, comentó que 60 tomas ilícitas se habían reportado hasta hace un par de semanas. Una de ellas, proveniente de otra cadena grande, que además, descargaba sus desechos de forma ilegal y sin tratamiento: Oxxo.
Según Gómez, un negocio como este utiliza dos metros cúbicos de agua al día. Al hacer cuentas, esta cantidad de líquido vital tendría un costo aproximado de 15 mil pesos mensuales. Sin embargo, la sanción por este gran abuso equivaldría a 30 mil pesos.
Se desconoce el lapso que tomó descubrir la conexión desde el inicio de su funcionamiento, por lo que es complicado calcular el perjuicio total que este establecimiento provocó.
Incluso, con el factor monetario, vecinos, otros negocios y el medio ambiente fueron aún más dañados que SOAPAP, pues Gómez comentó que las conexiones ilegales de agua reducen el servicio en 20%. Así se puede pensar que la quinta parte del agua que los habitantes terminaba en el local del Oxxo.
¿Cuántos realmente estarían dispuestos a regalar la quinta parte de sus pertenencias a una empresa multimillonaria que ha quitado 40% del mercado a tiendas de autoservicio y otras transnacionales? La idea empeora al analizar el pésimo servicio que SOAPAP ofrece desde su privatización.
Por su parte, e irónicamente, Oxxo establece en su página oficial (www.oxxo.com) que su misión en materia de ecología es "fortalecer los valores del respeto y amor a la vida entre los niños y jóvenes, mediante acciones para el cuidado del medio ambiente y fraternas que benefician al individuo, a la familia y a la comunidad en general".
Claro, también establece que su visión es "incrementar el número de clubes ecológicos a nivel nacional, creando consciencia en niños y jóvenes sobre el cuidado del medio ambiente; así como una cultura solidaria con las personas vulnerables de nuestra comunidad".
A pesar de sus premios en materia ecológica, Oxxo es una empresa que puede resistir el castigo que merece por su falta de compromiso tanto con el medio ambiente como con la comunidad. Aunque, hasta que los funcionarios, empresas, negocios, y principalmente, ciudadanos no entiendan que la única forma de promover el crecimiento del país, es la disciplina, México seguirá en la misma línea: inicio puro, paso por el sistema y salida como residuo contaminante.