top of page

Saneamiento del Río Atoyac, ¿solución garantizada?

 

 

Por: Frank Contreras

 

El verano está cada vez más cerca y pocas cosas son tan deseadas en esta temporada como un chapuzón de agua fría bajo el sol que cae en plomada.

 

Para mejorar este escenario veraniego y sumar el refresco interno, es preferible poder beber el agua del lugar en el que se nada. Todo esto fue posible alguna vez en Puebla y con suficiente abastecimiento para todos los habitantes que quisieran combatir el calor en esas fechas. No hacía falta conducir por horas para llegar al mar o tener una alberca para disfrutar del refrescante paso del agua por el cuerpo, enseñar a los niños a nadar y disfrutar de inolvidables días de campo, pues el río Atoyac cumplía todas estas funciones.

 

Este río tiene una longitud de 800 km y una anchura de 150 m a 200 m. El Atoyac nace en la Sierra Nevada, entre Tlaxcala y Puebla, y desemboca en el Océano Pacífico, según el Portal Oficial del Gobierno del Estado de Guerrero. Pasa por varios estados en los que cumple con funciones de riego y abastecimiento, importantes para la acuicultura; y en los primeros kilómetros, satisface a la población con el líquido vital.

 

En su recorrido, cruza por 45 municipios de Tlaxcala y 22 de Puebla, según información publicada por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en 2010. Sin embargo, en el mismo año, Manuel Beristain, exdirector general de la CONAGUA comentó que la descarga y transporte de desechos es otra de las funciones con las que tiene que cumplir. “La actividad humana a partir de las poblaciones más importantes, es lo que ha venido contaminando históricamente el Atoyac”, Beristain comentó.

 

Otras organizaciones internacionales, como Greenpeace, han realizado estudios acerca de los ríos Atoyac y Lerma. En el reporte, la organización clasificó al Atoyac como contaminado “ocho veces superior al límite de lo que la propia CONAGUA califica como aceptable”, en el tramo que comprende su paso por San Martín Texmelucan, hasta su desembocadura en la presa Manuel Ávila Camacho y representa un “peligro severo” debido a los altos niveles tóxicos para 1.2 millones de personas.

En febrero de 2015, Mikel Arriola, comisionado de la Comisión Federal para la Protección contra los Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), y Guillermo Haro, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), indicaron que el río Atoyac recibe 146.3 toneladas de materia orgánica por día. Los funcionarios agregaron que muchos de los municipios de Puebla y Tlaxcala por los que pasa el río carecen de plantas de tratamiento de agua o tienen un mal funcionamiento.

 

Como solución al tema de la contaminación del afluente, el ayuntamiento de Puebla, el gobierno del estado y el Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP), tuvieron una reunión para establecer actividades de saneamiento del río. Algunas de las actividades que se habían realizado son tareas de limpieza, retiro de residuos y desazolve a través de brigadas especiales y con el apoyo de maquinaria.

 

Las autoridades que sostuvieron esta reunión subrayaron la importancia de generar un plan maestro de coordinación de gran alcance. En éste, se propone invertir en plantas de tratamiento, colectores y mantenimiento a redes de drenaje sanitario además de mantener un monitoreo permanente con inspección y vigilancia. La ejecución del “Plan de saneamiento al Río Atoyac” tendrá un costo de mil 197 mdp y la reparación podría durar entre 10 y 25 años.

 

Atoyac es una palabra en náhuatl que significa “agua que corre”, y fue un río de gran importancia en tiempos prehispánicos. En cambio, 500 años después, este significado podría traducirse a “porquería que fluye”, pues ahora sólo representa una amenaza para los sectores de producción en México.

 

El escritor británico, Robert Baden-Powell, dijo algún día que “no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia”. Al seguir este dicho, que cada día toma más fuerza y muestra que el tiempo le da la razón, es preciso pensar que, a pesar del saneamiento del río, contar con infraestructura y garantizar el tratamiento del líquido antes de su descarga en aguas fluviales debe convertirse en un requisito previo al suministro y obligación posterior al uso de este recurso.

 

  • Facebook B&W
  • Twitter B&W
  • Instagram B&W

© 2023 by The Artifact. Proudly created with Wix.com

bottom of page