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La utopía de la igualdad

Por Yamel Thompson


 

United We Dream (UWD) es una organización que lucha por los derechos de inmigrantes indocumentados en EE.UU. Basada en California y fundada en 2008, es conocida por ser la organización de apoyo a indocumentados más grande del país y dirigida por jóvenes. UWD consta de 100 mil jóvenes inmigrantes aliados y alrededor de 55 organizaciones afiliadas distribuidas alrededor de 26 estados del país.

 

La organización aboga por los inmigrantes a través de su campaña y lema “Right to dream” (derecho a soñar). El juego de palabras se deriva por la noción de que EE.UU. es la tierra de oportunidades para muchos inmigrantes y por el DREAM Act (Development, Releif and Education for Alien Minors) una ley que permite derechos básicos a ciertos inmigrantes menores de edad como el acceso a la educación superior entre otros. El DREAM Act  fue la puerta que abrió para muchos jóvenes indocumentados la esperanza de la igualdad.

 

Los principales activistas de UWD son una nueva raza de inmigrantes nacida en 2012 cunado se les otorgo un estatus de semi-legalización, esta raza son los dreamers. Las personas que pueden obtener el estatus de dreamer son jóvenes que han vivido en EE.UU mínimo cinco años antes de haber cumplido 16 años, que hayan cursado o estén cursando la preparatoria y que no tengan historial criminal. Esto condiciona a que de 11 millones de indocumentados que viven en EE.UU., sólo 1.4 millones puedan pertenecer al nicho.

 

El adjetivo que describe a esta nueva raza y sus acciones los hacen sonar como superhéroes desapegados de la realidad, “soñadores” que luchan por la justicia de los indocumentados.

 

En sus palabras, la organización aboga por la dignidad y trato justo de la comunidad inmigrante joven y sus familias, sin importar su estatus legal. Su campaña principal es utópica, se llama “11 Million Dreams”  porque lucha por obtener el estatus de ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que habitan el país.

 

No es raro encontrar en los medios que estos dreamers están forzando su suerte, que son fantasiosos, alborotadores y privilegiados inconformes. En 2012 un artículo del periodista Ruben Navarette Jr. en CNN calificó a los dreamers como personas “ebrias en engreimiento” por atreverse a luchar por una causa justa: igualdad y libertad.

 

Por querer vivir sin tener que esconderse, con acceso a servicio medico, a educación superior, a aceptar la diversidad racial y sexual, a legalizar a indocumentados, por terminar de una vez por todas con el dolor y el miedo con que se vive como ilegal. Por todo esto yo los considero utópicos y Navarrete los califica como engreídos.

 

Estos dos adjetivos para calificar a los dreamers, utópicos y engreídos, demuestran la podredumbre del sistema social y a lo que nos hemos adaptado. Estamos acostumbrados a la injusticia y desigualdad, a que ciertas vidas valgan menos que otras, eso es mucho más realista.

 

Fortaleza y valentía deberían ser las primeras palabras que lleguen a la mente cuando se describe a esta nueva raza de inmigrantes que tiene el coraje para luchar por los derechos de 11 millones de vidas.

 

Sí, quizás hoy parezca irreal legalizar y dar ciudadanía a millones de personas, pero en algún momento de la historia parecía irreal la idea de abolir la esclavitud, o el derecho de las mujeres para trabajar y votar. La idea de la igualdad sonaba y sigue sonando a utopía, pero alguien empezó la lucha para abolir la esclavitud y por los derechos de las mujeres. De la misma manera alguien tiene que empezar hoy a luchar por estos “ilegales”.
 

A lo mejor un día millones de inmigrantes indocumentados puedan vivir su vida en plenitud de los derechos que cualquier persona merece y a quienes tendrán que agradecer será a los revolucionarios que se atrevieron a soñar. 

 

 

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