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Incendio en bar de Cholula

Por: Cristian Cortéz Vázquez

Al caer la noche en viernes, el ambiente de los bares y antros empieza a prenderse. Sin embargo, en este caso lo que se prendió y estalló  en llamas, fue uno de los bares que se encuentran en la zona de los centros nocturnos de San Andrés Cholula.

 

El incendio se registró durante la noche del viernes 6 de febrero, en el bar  “Antro Club 2010”, que se encuentra en la calle 14 Oriente en Cholula, Puebla.

 

El bar está entre los bares “Aita” y “Taco’s Madre”, que también sufrieron el percance. Las llamas quemaron sus paredes y techos de palma, sin llegar a incendiarse como el bar “Antro Club”. 

“El Club estaba prendido”

 

Camino Real a Cholula, mejor conocida como “la calle de los bares y antros de Cholula”, estaba tan normal como cualquier fin de semana en la tarde. A las 18 horas, la gente que concurre esos lugares, empezó a llegar y  adentrarse en el precopeo.

 

Al caer la noche, de pronto, los faros que hay por toda la calle del lado de la Universidad de las Américas Puebla, se encendían como también las luces de los bares al atravesar la calle 14 oriente. Se veía una fila interminable de destellos de todos colores saliendo de los bares.

 

Como siempre, había una mezcla ruidosa de diferentes tipos de canciones, murmullos de la gente y motores de los coches que pasaban. Los bares estaban listos para recibir a la gente.

 

A las seis con cincuenta minutos, se notaba una pequeña fumarola que salía de uno de los tantos bares de la calle, era el bar “El club 2010”. El humo parecía salir del techo de la segunda planta.

 

En la entrada del sitio, una pareja estaba sentada en una mesa redonda, ubicada en un palco con techo de bambú y suelo de azulejo en forma de rocas. Al pasar la puerta de cristal abierta, había una pareja más y tres amigos ubicados entre las  quince mesas de metal que ocupaban el lugar.

 

La cantina estaba como diez metros al fondo, donde se ubicaba Cristian, joven de 35 años, moreno y de pelo corto, dueño del lugar. A él lo acompañaban  los cuatro meseros que atendían ahí. Ninguno se había percatado del humo.

 

Enseguida, uno de los transeúntes que pasaba por ahí, avisó al dueño. Cuando Cristian observó que la lona de color café, sostenida por una estructura de bronce que cubría el bar del segundo piso, se consumía muy rápido, ordenó a sus empleados evacuar el lugar, ayudar a los clientes a salir y dejar lo que estuvieran haciendo. Él corrió rápidamente por documentos importantes y el dinero del cajero, se dirigió hacia la salida, mientras tosía por el humo que se expandió por todos lados.

 

A las siete con diez minutos, el fuego empezó a expandirse al segundo piso, el techo de palma ardía en llamas. Un mar de gente al otro lado de la calle observaba desde el exterior. Un empleado de Cristian le avisó que ya había llamado a los bomberos.

 

Afortunadamente una pipa de agua pasó por el lugar, se detuvo, dos personas bajaron, tomaron una manguera de color azul como de diez metros, y abrieron la llave para expulsar el agua y tratar de contener el fuego. El primero en llegar fue tránsito municipal a cerrar un momento la calle.

 

Ya eran las siete y cuarto, cuando el Ministerio Público (MP) y Protección Civil llegaron para auxiliar al dueño del bar y ver qué sucedía.  A los cinco minutos arribó el Heroico Cuerpo de Bomberos del municipio de San Andrés Cholula y Policía Municipal.

 

Los patrulleros uniformados abrieron paso mientras los bomberos se alistaron para detener el fuego, acercaron el camión de agua hacia el lugar, sacaron una manguera y la escalera para lanzar agua desde arriba.

 

 El fuego iluminó quince metros a la redonda y se resistía a ser apagado. Le preguntaron a Cristian, el dueño del establecimiento, si había gente atrapada en el lugar. Contestó que no había nadie.

 

La policía contenía a las personas curiosas que habían salido de los demás bares para observar el episodio. Enseguida llegaron medios locales, parecía como si fuera un desfile de modas. Trataron de acercarse para cubrir el percance, aunque los uniformados no lo permitieron.

 

Cristian no paraba de observar lo que se consumía frente a él, llamaba por teléfono a cada minuto, le ofrecía ayuda al cuerpo de bomberos, caminaba de un lado para otro, platicaba con sus empleados. La impotencia lo consumía a él también.

 

Una hora pasó desde el percance para que los bomberos pudieran revertir las llamas. El fuego arrasó con las mesas, sillas y decoración que había en la parte de arriba de la planta. Únicamente se vio la estructura de bronce que sostenía la lona en forma de triángulo.

 

Sin embargo, el fuego no alcanzó a destruir la cantina, las mesas, sillas, y pantallas que se encontraban en el primer piso. Sólo dejó huella negra en la pared. Los bomberos guardaron su equipo y la gente empezó  a dispersarse un poco.

 

El MP interrogó al dueño mientras Protección Civil rodeaba el área para que ninguna persona pudiera pasar y sufriera algún suceso de derrumbe. Además se aseguraron de que no pudiera quedar ninguna chispa que reavivara el fuego.

 

Al parecer, no se reportó ninguna persona lesionada, sólo pérdidas materiales. El MP junto con Protección Civil, acordaron que el incendio se debió a un corto circuito del cableado de la luz. Mientras tanto, clausuraron el lugar hasta tener más averiguaciones.

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