PIRÁMIDE
DESENTERRAMOS LA NOTICIA

Ciclos de matazón en Cholula
Por Willy Budib
Tiene una ocupación humana continua desde hace más de treinta siglos. Fue ahí donde se construyó el primer centro ceremonial importante y a partir de entonces se convirtió en uno de los principales ejes religiosos de Mesoamérica. Con un estilo artístico semejante al de los mayas fue estrecho aliado, en el periodo clásico, de Teotihuacán. Esa fue Cholula, también sede de una substancial red comercial que exportaba cerámicas de altísimo valor.
En náhuatl se le llamaba Cholollan, que quiere decir “agua que cae en el lugar de huida”, y como su significado, todo lo que Cholula fue, hoy huye de sus orígenes. De la historia rosa que desencadenó en sus gloriosos años, la zona que ahora se encuentra entre los municipios de San Andrés y de San Pedro Cholula, pasó grandes calvarios que le provocaron debilitamientos irreparables. En la actualidad, el saqueo continúa.
En su página oficial, el gobierno de San Pedro Cholula presume del patrimonio cultural. De sus distintos apartados, entre los que destacan la historia, el turismo y los servicios que ofrece, la primera pestaña publica un resumen puntual de lo que fue la localidad en sus inicios y de la evolución que hubo antes de su caducidad como asentamiento.
Soy de los que cree que los ciclos se repiten constantemente. Podrá ser el cosmos o la energía, la propia voluntad o el sentido experimental, la genética o la suerte, pero los patrones humanos marcan más de una vez reincidencias notorias, buenas y malas que no sucumben y que por el contrario, viven en la espera del retorno seguro.
Donde se lee “Historia”, el extracto del que hablo arriba toca puntos importantes que ilustran la caída del legado cholulteca. Una de las atrocidades, por ejemplo, fue el genocidio cometido sobre la población por Hernán Cortés y en complot con guerreros tlaxcaltecas. En el desplegado del municipio aparece tal matanza, y narra que “varios días de asesinatos fueron suficientes para aniquilar a la población civil”. Cholula no volvió a ser la misma y la penumbra cayó sobre tal reino.
Más abajo, en el mismo escrito web, se habla de una riña entre grupos políticos locales y la alcaldía originada el pasado siglo, de la que se derivó, según lo publicado, pérdidas de bienes del gobierno municipal y la destrucción de vestigios arquitectónicos. También se nombra a gobernadores depredadores que quemaron el archivo oficial y que permitieron el saqueo patrimonial.
Suena paradójico hacer lectura de algo parecido a una acusación que se lee como una forma de hacerse autonombrar víctimas contemporáneas. Es decir, que los servidores públicos que hoy ejercen el mando, encabezados por José Juan Espinoza, se declaran, entre líneas, protectores de la cultura local. Porque si señalan el oscuro pasado de administraciones que destruyeron el legado y que hicieron privado lo público de su riqueza, querrán hacernos entender que actualmente sí se protege la raíz cholulteca.
Entonces no se entiende porqué continúan los trabajos en los alrededores de la zona arqueológica donde se había acordado no construir el famoso Parque Intermunicipal que de promoción cultural e histórica, nada tenía. No son rumores si se conoce que las especificaciones del proyecto sugieren la construcción y el mejoramiento de espacios deportivos y andadores comerciales. La obra, con un costo de más de 110 millones de pesos contempla también palapas, juegos infantiles y un parque.
En una nota publicada por el periódico E-Consulta de San Pedro Cholula se afirma que no existe permiso alguno por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para permitir un desarrollo que no apoya, en absoluto, el valor ancestral. El engaño por parte de las autoridades es claro: no cumplieron siquiera con el acuerdo que estipulaba que se haría entrega de los planos de la obra a las organizaciones políticas y sociales que se oponían al proyecto.
La maquinaria pesada que entra a dicha explanada es la metáfora actual del exterminio que cometió Cortés en el año de 1519. El español finiquitó una cultura al eliminar a los hombres que la conformaban mientras que el municipio actual suprime el mismo legado hereditario con la ocupación territorial de una construcción que no da representatividad histórica.
No hay cancelación del parque, misma que se había fijado a principios del año. Las decisiones se dirigen a la contra de lo que el pueblo cholulteca desea, así como acontecía en el siglo dieciséis. Y los ciclos son recurrentes y Cholula vuelve a ser la perdedora… y quienes gobiernan, el gran lastre de un asentamiento recubierto de asfalto y no de tradición.