PIRÁMIDE

 

Let the wedding games begin

And may the odds be ever in your favor

 

Por Jéssica Abraham

 

Hablaban de esto. Yo lo escuchaba en reuniones de mis “primas grandes”, decían que cuando empezaba una, todas iban después en fila. ¡Hola, me llamo Jessica y tengo un problema! Todas mis amigas se casan.

 

No sé cómo explicar a ciencia cierta qué es lo que pasa por mi mente. Claro que tuve lágrimas en los ojos cuando me dijeron o me enseñaron el anillo, cuando me pidieron que fuera dama de honor y cuando vi fotos del vestido. Recuerdos de todos los años que hemos pasado juntas. Pero, al mismo tiempo, es muy raro, no solo se casa una, sino la mayor parte de estas hermanas extendidas a las que amo con todo mi corazón.

 

El desajuste es como síndrome de niño confundido. ¡Me roban a todas! Lo que me hace feliz es que se las llevan personas increíbles con las que todas van a ser inmensamente felices. Unas ya empezaron, otras ahí van, pero este año, 2015, de enero a diciembre escucho campanadas y me visto de largo. El año del amor ya comenzó.

 

Pero, ¿qué es una boda para los que son cercanos a los novios? Una hermosa fiesta y un pretexto para todos los días hacer algo relacionado. Fiestas temáticas, cupcakes en formas sexuales, despedidas, borracheras, antros ligueros.

 

El Ramo.

 

Si mis amigas aun solteras (gracias a Dios pues estoy quedándome sola) agarran el maldito ramo, se los aviento en la cara. Superar 2015 no va a ser fácil, y más les vale que mínimo me den un año de descanso.

 

Si las que se casan este año me están leyendo, quiero que sepan que las amo con todo mi corazón y que estoy feliz por ustedes, solo que, egoístamente hablando, no estaba lista para un desfile de novias y en momentos se me salen las lágrimas. Son de felicidad, de una felicidad amarga porque las cosas cambian, pero también de alegría inmensa, pues sé que cambian para ellas, mis hermanas del alma, y sobre todo que cambian para bien.

 

Pero regreso conmigo, tengo en mi agenda eventos desde pedidas, hasta ir a probar pastel. Estoy engordando solo con la vista de tantos menús que hemos leído, ya sé cosas que se aprenden en los retiros prematrimoniales, y yo no tendría porqué estar tan informada. Mis tarjetas están llegando al máximo por vestidos o falditas de dama, cortos y largos según la ocasión, regalos y fiestas de soltera.

 

Me recuerda mucho a la película de 27 bodas. Me acuerdo de lo ridículo que me parecía la escena en la que la protagonista corre de boda en boda y pensé que eso era tonto. Pues tristemente no lo es, y así me va a pasar el 10 de octubre, cuando dos de mis mejores amigas compartirán fecha nupcial.

 

En fin, la temporada de bodas ya empezó y estoy feliz de estar ahí para ellas, las “bridezilas” de mi vida, a las que este año les concederé mis noches y mis días, a las que, como juramento, prometo escuchar cuando no sepan si marfil o perla para los manteles, y a las que quiero agradecer por haberme incluido en sus vidas de solteras, y en esta nueva etapa que van a comenzar.

 

Así como mis primas decían, esto va por temporadas, ya veremos cuando viene la siguiente, y a cuantas más se lleva consigo.

 

¡Salud! 

i.