PIRÁMIDE

Ambulante cumple 10 años. Como se sabe, la gira de documentales tiene sede en 12

ciudades diferentes, y en cada una esas ciudades se elige una sede que cumpla con las 

condiciones  y requisitos establecidas por los coordinadores del evento. En el caso de Puebla, exactamente en San Andrés, Cholula, uno de los locales que alberga las proyecciones de la gira es Casa Nueve. Este restaurante-bar-galería-sala de cine se ha vuelto muy popular en el último par de años en el municipio, pues la propuesta de un lugar donde puedas echar un trago, comer algo, y disfrutar de una función de cine o una pieza de arte resulta muy gratificante para los habitantes de San Andrés.

 

Sin dudad, Cholula es un lugar donde hay una cultura en cuanto a todo lo que arte concierne. Es por ello que los coordinadores de Puebla designaron al mencionado local para que la gente tenga fácil acceso a las películas que serán mostradas del 20 al 26 de febrero. Una de las principales facilidades que ofrece Casa Nueve es el gran espacio de su galería donde se presentan instalaciones o piezas artísticas. Dicho espacio se ha adaptado con sillas, una pantalla y un equipo de sonido para hacer satisfactoria la estancia durante las proyecciones. Aunque sí cabe mencionar que la ventilación debería mejorar, pues por momentos algunas personas pueden sentirse en un estado de sofocación, asfixia o acaloramiento.

 

La primer proyección perteneciente a la sección “Injerto” fue el Programa 1. Proyecciones, una serie de  siete documentales cortos con una duración total de 63 minutos. Esta primera muestra fue la inauguración de Ambulante en Casa Nueve, aunque, probablemente por el horario (18:00 horas), la sala no se llenó. Sin embargo, la proyección del Programa 2. Arquitecturas, fue todo un éxito, las sillas se llenaron y hubo quienes tuvieron que estar de pie.

 

Definitivamente, Ambulante fue muy acertado al elegir a Casa Nueve por segundo año consecutivo como sede. Ofrece comodidad y servicio antes y después de la proyección. La buena acústica del lugar enaltece la experiencia auditiva de la muestra, aunque otro pequeño inconveniente, es el ruido de los bares contiguos al local, de los que se alcanza a escuchar su música.

 

No hay que ser tan estrictos, apenas ha sido un par de años de la colaboración del evento con el local. Como es de suponerse, ambos crecerán, y dichos detalles que pueden entorpecer por momentos la experiencia, mejorarán, siempre y cuando la gente no pierda esa cultura de ir al cine y disfrutar de un buen documental.