PIRÁMIDE
DESENTERRAMOS LA NOTICIA

Llega el Circo “Espinoza” a San Pedro
Por Willy Budib
Panem et circenses es una locución latina que nace de los versos del poeta romano
Juvenal cerca de 100 A.D. De ella se apoyaron sus gobernantes quienes por 140 a. C.
convirtieron la frase en realidad, ofreciéndole al pueblo comida barata y
entretenimiento pueril para ganar votos. Eran los pobres los que mejor sucumbían.
En las últimos tiempos, la implementación se esconde en otras formas de decirlo. Hace
poco más de dos décadas, Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, pronunció las palabras
que quedarían guardadas por la eternidad como mero estandarte suyo. Para
simplificar, lo que dio a entender fue conciso: “hago televisión para jodidos”.
En un país donde 90 por ciento de los mexicanos ve tele, según datos arrojados por la
Encuesta de Hábitos, Prácticas y Consumos Culturales (Conaculta, 2012), el
espectáculo chatarra arrasa sin piedad. Aclarar que 40 por ciento de los entrevistados
pasan más de dos horas frente al televisor sólo ensancha la gravedad de un vació
nacional, de responsabilidad política, que prefiere la diversión por encima de la
educación.
Los gobiernos actuales gustan de emplear, en su forma más cercana, la calca exacta de
la espectacularidad para disipar broncas y sosegar enfados. Son las contemporáneas,
incluso, las administraciones que más frecuentan la mínima acción y la máxima
declaración. Fue Miguel Ángel Bastenier, periodista del diario español El País, quien
afirmó que la declaracionitis es un pecado capital que corroe las entrañas de
Latinoamérica. Así pues, el servidor público dice y no hace. Prefiere recargarse en
hacer circo y vociferar, cual presentador de actos, acciones que alejen al ciudadano de
la fúnebre realidad. No hay incentivos, sólo murmullos de datos que no van a ninguna
parte.
No se exenta al municipio de San Pedro Cholula de dicha metodología. Es José Juan
Espinoza especialista de la diversión. Al puro estilo de Chabelo y la célebre Catafixia,
el alcalde promueve alegrías ficticias. Gusta de hacer de la localidad cholulteca un
paraíso artificial a la par de la prodigiosa imagen que ha logrado consolidar a través
del reconocimiento gubernamental titulado “Pueblo Mágico”. Así, la también “Ciudad
de bien”, como osa llamarle, es ciudad de malabarismos y fantasías.
Preocupa ver el manejo en redes sociales que se logra desde el inicio del mandato de
Espinoza, que hila perfectamente colores y formas para sorprender a cualquiera que
lo siga y lea. Es @GobiernoCholula en Twitter una belleza; en Facebook un deleite; ni
qué decir de su página oficial, tan estética y perfecta.
En ninguno de aquellos sitios se presenta lo sombrío de sus índices que se esconden
tras bambalinas por miedo a defraudar sobre el escenario circense. No revelan que
San Pedro, con información de la Sedesol, tiene una población en pobreza marginal de
más de cuarenta y nueve por ciento. Evitan testificar que la entidad, con 2 mil 360
personas indígenas, no cuenta con una sola escuela nativa. Ocultan grados de
escolaridad que, de un total poblacional de 120 mil civiles, sólo 18 mil son
profesionistas. Tapan la certeza de que no existe, en vigencia, ningún programa que
enaltezca las condiciones de equidad de la mujer, con educación y facilidades
laborales, en una comunidad donde 20 por ciento de los hogares son encabezados por
jefas de familia.
Bajo el patrón de fiesta, lo que logra José Juan Espinoza son tonterías que él cataloga
como apoyos. Como el servicio de corte gratuito de cabello para el sexo femenino en la
Feria de la Mujer que permite, en palabras del presidente municipal, “acelerar el
progreso y alcanzar la comunidad que todos queremos”. Golosinas verbales que
terminan en planas de comunicación social y tweets y links y posts.
Así encuentra uno el síndrome propagandístico en San Pedro Cholula, pueblo mágico
que tiene como cartelera mensual, no los espacios destinados al apoyo artesanal y
artístico sino shows rosados que nada tienen que ver con las raíces locales. Como
ejemplo claro, la presentación de Ximena Sariñana el 21 de marzo con motivos del
equinoccio de primavera.
Sí, es que el gobierno de Espinoza se muestra congruente cuando, para el inicio de la
estación floral, en lugar de coordinarse con el operativo federal, estatal y municipal
del que forman parte Teotihuacán, Chichén Itzá, Palenque, El Cerrito, Tula, y varios
sitios arqueológicos más, para resguardar en esa fecha las zonas históricas y proteger
al público asistente que va a llenarse de energía y no a escuchar música pop, prefiere
anunciar un concierto tan desviado como su administración. No es la política del
alcalde actual afín a las bases de un municipio ancestral que de mágico, sólo tiene la
ilusión.